Hace casi un año que abandoné el camino de las oposiciones. La mayoría de vosotros ya estabais al tanto de eso. Gran parte de vosotros también sabéis que este año no ha sido como yo esperaba. Paradójicamente uno siempre espera las cosas de un modo y finalmente ocurren de una manera distinta a la que se imagina. A veces simplemente no llegan a ocurrir nunca. Es simple y llanamente la vida en toda su magnitud.

Escribo sentado en un tren que va a 300 km/h pero siento que llevo a esa velocidad desde el momento en que dejé atrás las oposiciones. Siempre buscando, siempre luchando y siempre tratando de dar salida a todas las inquietudes que silenciaba durante mis horas de estudio.

Tengo la sensación que sólo algunos de vosotros sois capaces de entender la manera que tengo que ver las cosas y en los tiempos que corren no sé si eso es algo bueno o malo. Lo que si sé es quiénes están siempre ahí y a todos ellos les quiero dar las gracias. Son muchas las muestras de cariño que llevo recibidas y eso es algo impagable.

Comienza una nueva etapa y bien sabe Dios que más ganas e ilusión de las que tengo es difícil tener. Ojalá tengáis una vuelta del verano tan buena como la mía.

Strength and honor.