“No he visto un país con más corruptos que España”. Esta ha sido la frase que ha dicho mi madre durante la cena y que me ha llamado la atención. ¿Habrá algún país con más corruptos que España? No me cabe la menor duda. De hecho diversos estudios determinan que hay países muchos más corruptos que el nuestro. No obstante en esos estudios no se establece el número de corruptos, pero vamos a partir de la presunción que una mayor corrupción implica un mayor número de corruptos. No tendría por qué ser así, sin embargo esta no es la cuestión que me ocupa.
La pregunta es ¿por qué mi madre y muchos otros, entre los que me incluyo, tenemos la percepción de que España es uno de los países donde hay más corruptos? Mucha culpa de esta percepción la tienen los medios de comunicación. Es innegable que la mayoría de las corruptelas políticas, fiscales, judiciales etc. Tienen un eco enorme en los distintos medios de comunicación, y por ende calan en la opinión pública. No obstante este hecho por sí solo no explica todo.
Sí buscáis corrupción en España en google el primer enlace es el siguiente: http://es.wikipedia.org/wiki/Corrupción_en_España en él vemos desgranados los casos de corrupción que se ha producido en nuestro país a lo largo de la historia, desde el reinado de Felipe III. Los más numerosos se produjeron durante el gobierno de Felipe González. Por entonces yo era pequeño y recuerdo que era capaz de decirle a mi madre de memoria un buen número de los casos de corrupción de aquel entonces. Creo que esto refleja que en aquélla época el tema de la corrupción caló, y muy hondo, en la sociedad española. No obstante percibo una diferencia de entonces a ahora, puede que porque yo fuera pequeño y no tuviera la percepción que tengo ahora de las cosas, no lo sé.
El caso es que es innegable que el número de casos de corrupción actualmente no es tan elevado como entonces, sin embargo la percepción sobre este tema es casi igual que entonces, o incluso mayor. La razón de ello, a mi entender, radica en la politización, escandalosa, de todos y cada uno de los casos de corrupción que se producen. Politización que suele producirse con un objeto muy claro, enturbiar las campañas electorales. Lo vivimos con el caso Gürtel y parece que asistimos de nuevo a un caso similar con la Junta de Andalucía. Las diferencias entre uno y otro caso, para cualquiera que tenga un ápice de objetividad, son obvias. Basta con analizar cuando saltaron los escándalos que rodean a uno y otro caso. No obstante el hecho que el grueso de la información comprometedora que perjudica al gobierno andaluz salga a menos de un mes de las elecciones es algo revelador, y quien quiera entender que entienda.
Pero, más allá de que se politicen los casos de corrupción con la intención de decidir unos cuantos votos, lo verdaderamente llamativo de la corrupción en nuestro país es que los adeptos de uno y otro partido utilicen los casos de corrupción para atacarse mutuamente. En cualquier conversación con amigos que son de una u otra ideología, en cualquier tertulia televisiva, en cualquier debate político… si sale a relucir la corrupción tarda poco en producirse el lanzamiento de casos de corrupción a la cabeza. Y en el caso de que se admita la existencia de los mismos nunca falta la coletilla de “si pero el de fulanito es más gordo”.
Se pretende colorear la corrupción, se pretende hacerla privativa de uno u otro partido. En tiempos de Felipe González difícilmente podía tener más de un color, pero a la vista de cómo están las cosas ahora es absurdo pretender atribuirla a uno u otro partido. Es absurdo pretender que un partido es más corrupto que otro. En definitiva es absurdo atribuir un color a la corrupción, cuando es la propia corrupción la que tiñe de negro a los integrantes de un partido político que se prestan a llevar a cabo actos ilícitos.
No debemos prestarnos a entrar en el juego de los partidos y de los medios de comunicación. Es difícil, pero la corrupción sólo tiene un color, el negro. Y lo mancha todo. Mancha la integridad del político honesto. Mancha la integridad del periodista que se presta a publicar determinada información en una fecha concreta. Mancha el buen funcionamiento de las instituciones democráticas. Debemos condenar la corrupción siempre, independientemente de donde proceda y sin ambages. Al fin y al cabo, “si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”, y esto implica reconocer cosas que son desagradables y que no nos gustan. Pero si no lo hacemos ¿en qué posición quedamos?
Lo que me parece realmente vergonzoso es que cada vez nos afecta menos, tanto la corrupción «que no hay que olvidar que es dinero que nos roban directa o indirectamente a todos nosotros», como que nos quiten derechos sobre los cuales han luchado nuestros padres y nosotros mismos, y nos quedemos tan panchos. Será verdad que nos estamos volviendo un pais de borregos???????
Me temo que va a pasar con el caso Gurtel como con el caso Soller, Naseiro, Fabra, etc. que se demostrará que se cometieron delitos, pero debido a alguna artimaña legal, serán exculpados no sólo por la justicia, sino también por sus votantes, que esto es lo peor, pues así podrán seguir con sus fechorías, estos y los que les sucedan.
Llámame ingenua o soñadora, ¿a caso no hay algún político incorrupto?. Seguro que los hay y sino, no quisiera perder la esperanza de que otra política es posible. No creo que todos tengan un precio. Pero visto lo visto…….
No digo que no los haya. Si no los hubiera no creo que la situación fuera soportable… Lo que me molesta es que se distinga en función de donde proceda la corrupción, cuando no deberíamos hacer distinción alguna.