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Mario Conde. El encantador de serpientes que me desencantó.

Ya lo tenemos aquí, de nuevo. Ya se anunció hace poco menos de un mes, y hoy de nuevo se anuncia, esta vez con dimensión nacional, la aparición de un nuevo partido político: Sociedad Civil y Democracia. Hay más de mil partidos políticos en España, lo que hace distinto a éste de todos los demás, principalmente, es su líder: Mario Conde Conde.
En realidad el partido está constituido desde junio de 2011, pero luego hablaremos de esto. La aparición de una nueva alternativa política no tendría por qué constituir una mala noticia, habida cuenta del anquilosamiento y escasa valoración de nuestra clase política. Sin embargo, al menos por mi parte, no puedo recibir con entusiasmo esta noticia.

En el año 93 yo tenía 10 años, no tenía ni idea de quien era Mario Conde y vagamente recuerdo haber oído en mi casa que aquello que había ocurrido con Banesto había sido un escándalo. Durante mi etapa de estudiante no recuerdo que el caso de Mario Conde despertara interés alguno en mí. En la facultad de Derecho nunca fue mencionado el caso Banesto ni el caso Argentia Trust, otros como el de Rumasa o el caso GAL si que fueron traídos a colación en alguna clase. De manera que hasta hace pocos años el interés que Mario Conde había despertado en mi persona había sido prácticamente nulo.
El primero en hablarme de un “tío” que decía cosas que nadie decía fue un compañero de oposición que se había hecho con el libro “Memorias de un preso”. Me comentó que le estaba gustando mucho y que me lo tenía que dejar. Finalmente no me lo prestó, pero después de aquella conversación vi un día a Mario Conde en una tertulia televisiva (no hace falta que diga cual) y escuché lo que decía. Tenía un discurso convincente. Hablaba de los problemas de España, su análisis era frío y, a mi juicio, bastante acertado. Proponía soluciones sencillas y pragmáticas. Hablaba con una claridad que pocas veces traslucía en cualquiera de nuestros políticos habituales. Como no conocía su pasado escuchaba sin prejuicio alguno, no miraba quién lo decía sino qué decía, y lo que decía me gustaba. Era una persona que sabía de lo que hablaba, o eso me parecía.
Cuando oyes con atención lo que dice Mario Conde puedes o seguir entusiasmándote o aburrirte. A mi me pasó esto último, así que dejé de verle en televisión. Era seguidor suyo en twitter y con eso y con sus escritos tenía suficiente. Seguía considerando que sus ideas eran acertadas y que decía cosas que nadie decía.

Fue allá por la primavera de 2011 cuando presentó una iniciativa más que interesante. El movimiento del 15-M había captado mi atención y parecía una iniciativa acertada para dar un toque de atención a la clase política. Cuando los acampados en la plaza de sol no se fueron el día de la jornada de reflexión perdí todo el interés en ese movimiento. Pero lo que había sido calificado por algunos medios como el movimiento de los indignados de la derecha si que lo despertó. Básicamente las reivindicaciones eran similares, pero con una diferencia, Sociedad Civil y Democracia estaba estructurada, era una sociedad, no era un movimiento líquido como el 15-M.
Aparecía en España un movimiento cívico estructurado y que si ganaba fuerza podía convertirse en un mecanismo a través del que parte de la sociedad podía presentar sus reivindicaciones al gobierno y a los políticos. Era una alternativa al poder de los partidos políticos, un poder social organizado. Por diferentes razones me parecía una buena idea.
El primer (y único) Congreso de la Sociedad Civil se celebró en septiembre de 2011. Fecha alejada de cualquier cita electoral y por lo tanto a priori no me pareció que sus intenciones fueran electoralistas. Daban la oportunidad de consultar las diversas ponencias antes del Congreso y enviar las enmiendas que a cada cual le parecieran oportunas. Participé activamente en aquel Congreso, envié mi ponencia, que versaba sobre los mecanismos para democratizar los partidos políticos, y el ponente la asumió. No acudí, pero lo seguí en lo que pude. Del Congreso se extrajeron una serie de conclusiones y éstas fueron presentadas al Congreso. Era obvio que esto tenía más de simbólico que de verdadera pretensión, apenas habían acudido mil personas a aquél Congreso, pero era un primer paso. Yo creía que aquello iba en la dirección correcta.

Durante ese año en más de una ocasión planteé a mis amistades la posibilidad de apoyar ese nuevo movimiento, me parece que quejarse es lícito, y la consecuencia natural de la queja es la actuación para eliminar la causa de la misma. Como no era partidario de movimientos antisistema y muchos amigos míos tampoco les planteaba esta iniciativa. Muchos tenían reticencias, pues la imagen de Mario Conde es la que es, por mucho que algunos traten de cambiarla. Yo era uno de aquellos que se tragó la historia de que era una víctima del sistema y planteaba esa historia a los reticentes. Como nunca conseguí hacerles cambiar de opinión me pregunté a mí mismo ¿no serás tú el que estás equivocado?
Para averiguarlo me dirigí al único lugar que podía darme la respuesta a mi pregunta. La sentencia del caso Banesto. Había leído que el caso Argentia Trust si que realmente había quedado en prácticamente nada por lo que no me molesté en investigarlo. Me centré en el gordo, en el caso que motivó que el Tribunal Supremo le condenara a 20 años de prisión. Más de 400 folios de sentencia echan a uno para atrás, pero con leer los primeros folios se descubren varias cosas. He leído la sentencia en su totalidad, al que se anime le recomiendo mucha paciencia.
La primera cosa quye descubrí es que Mario Conde no fue condenado únicamente por el caso Banesto o el caso Argentia Trust, hay más, para no reproducir aquí todos me limitaré a referir el que más llamó mi atención, el caso Cementeras. En los antecedentes de hecho se relata los tejemanejes de Mario Conde y Arturo Romaní y su testaferro Ignacio Martínez Echevarría. Os remito a la sentencia y a que leáis el capítulo II de los antecedentes (el que va justo detrás del de Retirada de caja de 300 millones). Si Mario Conde pretende que me crea que el «sistema» urdió toda la trama de la operación cementeras para condenarle cuatros años a prisión por el delito que por esa operación se le imputa entonces es que me cree mucho más ingenuo de lo que soy. A partir de la lectura de la sentencia descarté como único motivo de su entrada en prisión la conspiración de la que tanto habla.

Otra cuestión interesante, habida cuenta de la encendida defensa que hace Mario Conde de su inocencia es la de su victimismo. Es curioso que de todos los condenados por el caso Banesto únicamente él sea inocente. ¿O son todos inocentes? ¿Si son todos inocentes por qué Mario Conde sólo proclama su inocencia? ¿O no la proclama? Yo ya me pierdo con este hombre. Imagino que, según su argumento, todos los que fueron condenados con él también eran una amenaza para el sistema y por eso los encarcelaron a todos juntos. A mí, sinceramente, esto no me cuadra. Pero como no quiero centrar todo mi post en el pasado de Mario Conde vamos a dejar las cosas en un punto determinado. Vamos a dar por sentado que Mario Conde fue condenado, al menos en parte, por delitos que si cometió, y que después de 15 años en prisión ya ha pagado su pena. Eso supone reconocer que delinquió, algo que él nunca ha reconocido abiertamente y dudo que su orgullo se lo vaya a permitir algún día, pero vamos a dejarlo aquí.

Siguiendo con Sociedad Civil y Democracia volvamos al punto donde lo dejamos. Después del primer Congreso y de haber presentado las propuestas al Congreso de los Diputados el giro que da Mario Conde y Sociedad Civil y Democracia, al menos para los incautos como yo, es sorprendente. Lo que pretendía ser un movimiento cívico de presión muta y se convierte en partido político. Los tuits y los textos de Mario Conde van dejando de ser neutros en cuanto a pretensiones políticas para ir tomando un tono populista que a día de hoy acojona. Y resulta que todo aquello que condenaba Mario Conde en sus arengas y discursos ahora es válido porque va a estar comandado por él mismo, porque es una persona mayor que no tiene nada que perder y mucho que ofrecer, porque él no se va a convertir en lo que son los demás, porque aunque el entre en política no va a ser un político. Aberrante. Pero más aberrante fue la tomadura de pelo que supuso el I Congreso de SCyD. A toro pasado está clarísimo que todo era una estrategia. El partido se inscribió en el Registro de partidos políticos el 20 de junio de 2011, y el Congreso se celebró en septiembre. Ya sabían lo que iban a hacer.
Para darle tinte democrático se plantea una asamblea constituyente el 6 de octubre. Yo ya con la mosca detrás de la oreja (más bien el moscón) y poco interesado en participar, habida cuenta de que me sentía estafado, me propuse saber la verdad de las cosas. Así que seguía con atención lo que decía Mario Conde y su entorno. Si alguien destaca de su entorno por encima de los demás ese es Daniel Movilla, el presidente, hasta ayer, de SCyD. En su burda pretensión de dar aspecto democrático a la constitución de un partido que ya existía Mario Conde se hacía el sueco cuando le preguntaban por su intención de dar el salto a la política y Daniel Movilla manifestaba que tenían la esperanza de que Mario Conde les acompañara y capitaneara en su andadura política. La pantomima, como los que quieran leer sin prejuicios verán, era de órdago.

Cuando leí el orden del día de la Asamblea Constituyente de SCyD, y que iba a durar tan sólo medio día no daba crédito, un partido sólido que se iba a sentar en una asamblea constituyente de cuatro horas es una broma de muy mal gusto. De hecho me sorprendió tanto que me dirigí al señor Movilla y le pregunté vía twitter si pensaba que nos podían tomar el pelo de esa forma a los que habíamos formado parte, de un modo u otro, de aquello. Su respuesta después de un tuit bastante mal educado fue el bloqueo, además de ser bloqueado por todas las cuentas de Sociedad Civil y Democracia en twitter (eso es talante). Como también tenía acceso vía Facebook a SCyD planteé mis dudas por ese canal y al tener eco mis cuestiones el señor Movilla se disculpó conmigo y dijo que me desbloquearía (aún estoy esperando), y redactó una nota aclaratoria en la que sólo me dio más motivos para ver que aquello ya era una causa perdida. En la nota ponía de manifiesto que las candidaturas a la ejecutiva serían de una lista CERRADA de 11 personas que debían comulgar con las ideas del partido y lo típico que se pone para blindar la dirección de un partido. Si alguien ha visto a Mario Conde hablar de las listas cerradas entenderá porque para mí todo esto pasó a ser una causa perdida.
De manera que después de tener contacto directo con él y ver la torpeza de este hombre me decidí a mandarle un correo electrónico al señor Conde, en él le puse de manifiesto lo torpe que estaba siendo y que si quería lograr más apoyos o una de dos o que lo hiciera a pecho descubierto o que fuera menos evidente la pantomima que estaba montando. Como era de esperar no obtuve respuesta.
Lo que si es cierto, por lo que parece (yo ya desconecté hasta el día de hoy que quería contaros todo esto), es que finalmente ayer no se votaron listas cerradas. Hoy leo en la web del partido lo siguiente: “El presidente es elegido de manera directa con el voto de todos los afiliados, el Consejo de Dirección y el Comité de Garantías mediante listas abiertas.” Algo que se contradice con lo que Movilla escribía en su nota aclaratoria de 24 de julio. Atención a la justificación “El presidente forma su equipo y destituye a sus miembros según su criterio. Difícilmente es compatible este modelo con un sistema de listas (abiertas, cerradas o semibloqueadas) en las cuales, los miembros del “gobierno” se le “impondrían” al Presidente.”
Es curioso. En la web pone que las afiliaciones al partido de Mario Conde (así lo dejaba caer el propio Conde en una entrevista) se podrán cumplimentar a partir del día seis, y va y en el mismo día se elige al Presidente. Es de admirar la eficiencia en el procesamiento de las nuevas afiliaciones al partido, puesto que en el mismo día es de suponer que se afiliaron 1500 personas y después eligieron a su presidente. Dudo mucho que esto fuera así. A fin de cuentas lo de ayer fue el acto final de una pantomima a la que Mario Conde y su entorno cercano han conseguido embarcar a casi dos mil personas.

Podríamos también hablar de la congruencia de la decisión de Mario Conde de presentarse a las elecciones gallegas habida cuenta de su conocida postura en relación al estado autonómico. O la credibilidad que le pudo restar a su “improvisado” proyecto el adelanto electoral en Galicia. Las cosas se pueden hacer bien o mal. Mario Conde, en todo este asunto, las está haciendo fatal.
Pero ¿qué ocurre? ¿Sólo advertimos esto algunos pocos? Pues parece que sí, y la explicación es bien sencilla. Grosso modo podemos distinguir diversos grupos de personas: Hay un grupo de personas que tras el caso Banesto y su encarcelación creen con fe ciega todo lo que los medios de comunicación escribieron sobre Conde y su poder. Esos ni se molestan en prestar sus oídos a lo que tenga que decir Mario Conde.
Hay otro grupo de personas que opina que Mario Conde robó, defraudó y mintió y que nunca lo dejará de hacer. Estos tampoco le escuchan.
Otro grupo de personas ha leído sus libros, le ha escuchado por televisión, le agradaba y le continúa agradando Mario Conde. Esos prestaron sus oídos y como las serpientes que siguen el sonido de la flauta se dejaron encantar. Se dejaron encantar por un sonido que era novedoso y atractivo. No son demasiados pero ahí están. Son los que con una seguridad pasmosa repiten lo que Mario Conde ha escrito en sus libros sobre la conspiración que Aznar y González urdieron contra él. Los que dan por sentado que es una víctima del sistema y que él es el único capaz de desmontarlo.
Y por último podríamos hacer referencia al grupo en el que se encuentra un servidor. El grupo de los que atraídos por el sonido de la flauta se acercaron, creyeron por un tiempo pero nunca dejaron de observar todo con atención y antes de meterse en la cesta se escabulleron.

Para terminar me dirijo al señor Conde, no creo que lea estas líneas, pero por si se da el caso. A mí mo me paga nadie, escribo esto porque me nace. Lo digo porque es proclive a pensar que todo el que escribe cosas de usted, si no le gustan, ha sido remunerado por aquellos que conspiran contra su persona. Lo escribo porque me ha defraudado. Muchos pensarán que fui un iluso y que nunca debí creer lo que decía. Puede que tengan razón. No obstante sigo pensando que tiene palabras acertadas y sabias y que si alguien las aplicara a este país le iría mejor. Pero no creo que usted sea la persona más indicada para tratar de aplicarlas. Y no lo creo porque usted no es una persona que vaya de frente. Sólo hay que ver su participación en el programa 12 mujeres sin piedad para darse cuenta de que no es honesto. Como dijo un periodista: el mensaje es válido, pero el mensajero no es de fiar. Considero que era una persona válida para encabezar el nacimiento de un movimiento cívico, alejado de las urnas. Tengo la certeza de que esa nunca fue su intención, por un momento lo creí pero los hechos son los que son y está claro que no van por ahí sus intenciones. Le deseo suerte con su proyecto, pero tengo por seguro que el fracaso será rotundo.

PD. Muchos dicen que Mario Conde es masón, lo ignoro. Pero si alguno de mis lectores es amante de la simbología es probable que en estas imágenes, vea un seis o más de uno…

Es la misma imagen, a la izquierda está la original, a la derecha la imagen que reflejaría un espejo.

EDITADO: Me comenta una lectora que el puede que tenga que ver con el trisquel de la cultura celta. Similares son, no obstante, hay logias que tienen como denominación el trisquel. Lo miren por donde lo miren, si quieren sacar punta pueden. Yo me limito a señalarlo.

Rubalcaba ¿títere de Felipe?

Algunos han calificado de tibia la actuación de Alfredo Pérez Rubalcaba ayer en el Congreso. Hoy he leído algunos titulares que se hacen eco de que el PSOE no quiere un hombre de estado y les hubiera gustado que el ataque a Rajoy hubiera sido más directo.
Hace una semana Felipe González, respondiendo a Ana Pastor en los desayunos de RTVE, decía que no era lo que más le preocupaba el PSOE y que lo capital en estos momentos era la situación de España y el cómo sacarla de la crisis. Que si el PSOE iba o no iba a acabar como el PASOK griego no era lo preocupante en este momento, y después hizo referencia a algunos partidos socialistas europeos que han sabido recuperarse de duros varapalos como el que se sufrió el PSOE en las últimas elecciones.

A estas alturas de la película no llama la atención que un eterno de la política española como Rubalcaba sea capaz de adaptarse a la situación que atraviesa España y se convierta en un cayado, si bien no firme, desde luego útil para Mariano Rajoy. Lo que sí es sorprendente es que dentro de las filas del propio PSOE se critique esa forma de hacer oposición.
Es sorprendente por dos razones. La primera es que fue precisamente esa la principal crítica que se dirigió al PP cuando estaba en la oposición, básicamente que la oposición que hacía era electoralista, y que no ayudaba al gobierno a salir de la crisis. Esto puede ser discutible, pero que el PP en la oposición no puso mucho de su parte para ayudar a un Zapatero que agonizaba es algo que no se puede negar.
Y en segundo lugar es sorprendente porque en lugar de explotar, de cara a unas elecciones que aún quedan muy lejos, esta novedosa postura que adopta un partido de oposición en nuestro país desecha esta opción y crítica a su líder.

Bajo mi punto de vista la razón es bien sencilla, Zapatero no sólo se cargó España, sino que también ha dinamitado el PSOE. Que el PSOE está escindido en dos bandos no es nada nuevo, el problema son las ideas que parecen separar las dos facciones del partido. Mientras que la facción de Rubalcaba parece optar por una vía más conservadora, la vía zapateril, ahora chaconista, parece abogar por imitar lo que el PP ha venido haciendo hasta hace poco en la oposición.
De modo que gracias a Zapatero parece que Felipe González, el mismo que nos dejó en unas condiciones similares a las que vivimos a día de hoy, parezca un dirigente excepcional. Y no por lo que hizo, sino más bien por lo que dice en el presente. Aunque me cueste reconocerlo parece que Felipe González se ha convertido en un estadista y considera necesario anteponer los intereses del país a los del partido. Algo que para un ciudadano como cualquiera de nosotros es de Perogrullo para un político no parece tan obvio. Sólo hay que recordar, como vengo haciendo, la forma en que ha hecho oposición el Partido Popular y como ahora parece que lo que hizo el gobierno del PSOE no era tan descabellado. O puede que si que lo fuera, es más muchos opinan que lo que está haciendo el PP también es descabellado ahora. ¿Por qué se hace entonces? Pues porque nos lo dice Bruselas es así de fácil. De modo que mientras que en 2010 se hizo sangre de aquellas medidas impuestas que se adoptaron por el gobierno socialista, ahora el PSOE, aparentemente, toma un camino menos agresivo.

Y aquí es donde yo me pregunto ¿esto lo hace Rubalcaba solito? ¿El exministro del interior cuando tuvo lugar el chivatazo del bar Faisán se ha convertido en un estadista? ¿El que dijo que no merecíamos un gobierno que nos mintiera ahora opta por hacer una oposición leal? Puede que no lo quede otra, más que nada porque él formaba parte del gobierno que nos ha endeudado hasta las cejas. Es precisamente esta deuda y sus intereses los que nos ahogan y no nos dejan salir de la crisis. Pero yo recuerdo aquello de “Hay que salir a la calle” lo decían en el PSOE hasta hace bien poco. Personalmente considero que si el PSOE quisiera hacer sangre podría hacerla, puede que con relativo éxito, pero las medidas que se adoptaron ayer ponen las cosas más que fáciles.
De modo que algo ha cambiado. Y de ahí el título de mi post, ¿Es Rubalcaba el títere de Felipe? ¿Ha aconsejado Míster X a Rubalcaba que se lo tome con calma que si no podemos acabar muy mal? O ¿es que el Espíritu Santo ha bajado del cielo y ha imbuido sensatez a un político por primera vez en la vida?

Y digo sensatez porque creo que, independientemente de que las medidas adoptadas sean o no acertadas, lo más sensato es que los dos principales partidos de este país estén unidos. Es como debemos estar también los españoles para salir de la crisis.
Ahora bien, considero que a los españoles antes o después, creo que antes, se nos acabará la paciencia si las cosas no cambian pronto, y no sólo me refiero a la economía, sino también al modo en que se hace política en este país. La cuestión es la siguiente, si la economía se recupera antes de que la situación política se agrave ésta última se olvidará pronto y seguramente nos quedaremos como estábamos. Si ocurre lo contrario puede que vislumbremos nuevas sendas que nos conduzcan a una sociedad más justa donde no sólo importe la subida del IVA, la bajada de los salarios etc. ¿Qué es lo preferible? Si fuéramos una sociedad verdaderamente madura no sería necesario la quiebra del país para darnos cuenta de que las cosas no se han estado haciendo del todo bien desde 1978 ¿Lo somos?