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Recapitulando

Hace tres años llegué a Madrid gracias a una persona a la que siempre estaré agradecida y a la que, desde aquí, vuelvo a agradecer que depositara su confianza en mí y me diera la oportunidad de cambiar mi vida por completo. Si alguien os da esa oportunidad alguna vez y no estáis convencidos de lo que hacéis, no lo dudéis, decid que sí.

Pero no basta con decir que sí. Las personas, sobre todo en hoy en día donde tendemos a idealizar todo, pensamos que por el hecho de que se nos haya ofrecido una oportunidad y aceptarla ya está todo hecho. Pensamos que una vez que la pelota comience a rodar lo seguirá haciendo de forma continuada, que no parará nunca. Algunos piensan que la pelota comienza a rodar cuando terminan la carrera, otros cuando consiguen el primer empleo, otros cuando alcanzamos un sueño que parecía inalcanzable y que, sin esperarlo, ocurre. Da igual. Ninguno de esos momentos garantiza nada. Nadie, y repito, nadie, garantiza nada.

No se pueden bajar los brazos. Los comienzos pueden ser duros, pero si algo deja de ser difícil he de deciros que, en mi experiencia, es porque realmente estamos poniendo todo nuestro esfuerzo para acometerlo. Nada es fácil. Lo realmente difícil es seguir esforzándose siempre con la misma intensidad y hacer fácil lo difícil. Ahora bien, el esfuerzo es algo muy personal. Generalmente está alineado con las expectativas que uno se marca en su vida y, si éstas no son ambiciosas, es fácil caer en la rutina y el hastío. En la actualidad no deja de ser habitual escuchar quejas acerca del trabajo que se tiene o las labores que se desempeñan en el mismo. En este punto hay que tener presente una cosa, es necesario ajustar las expectativas a la realidad . Y esto probablemente sea lo más difícil de todo: conocer verdaderamente esa realidad que nos rodea. Nadie nos prepara para ello y las personas, por defecto, tendemos a ver únicamente lo que queremos y a ignorar aquello que nos incomoda o nos complica la existencia. Esto dificulta mucho conocer nuestro entorno y poder ajustar nuestras expectativas al mismo. Junto a ello, la tecnología se emplea, cada vez más, para distorsionar la realidad más próxima a nosotros. Ninguno publicamos en Facebook o en Linkedin que nos va mal en el trabajo o que lo hemos dejado con nuestra novia. Los mensajes que nos llegan a través de las redes suelen ser positivos y los que son negativos suelen referirse a cosas irremediables que sólo vertemos en las redes sociales porque nuestro dolor nos empuja a hacer cosas sin saber la razón de ello. Nosotros no vemos nuestros propios contenidos en las redes sociales, pero si que transmitimos una realidad distorsionada de lo que estamos viviendo y las personas que nos perciben en esas redes sociales son incapaces de ayudarnos a percibir mejor la realidad que nos rodea porque ellas también son testigos de una realidad distorsionada por los filtros que usamos a diario.

Los tres años que llevo viviendo en Madrid me han servido para aprender lo importante que es la percepción de la realidad y lo fácil que ésta puede ser manipulada, incluso de forma totalmente inconsciente. Partir de que lo que se presenta ante nuestros ojos no es lo que de verdad ocurre ayuda a ajustar las expectativas y a entender que hay veces que no importa lo mucho que uno se esfuerce, el resultado siempre será igual de fútil. Y, precisamente, el entender eso ayuda a reajustar las expectativas y a buscar otros lugares en los que centrar dichos esfuerzos. Cuando hablo de las expectativas no me estoy limitando a las profesionales. Las personales también juegan un papel muy importante para nuestra felicidad. Malos entendidos, discusiones estériles y enfados sin motivo suelen obedecer a un desajuste de las expectativas que tienen dos o más personas en una relación de amistad, en un negocio o en relación a cuestiones amorosas. Las redes sociales y una sociedad acelerada gracias a la inmediatez que ofrece la tecnología abonan el campo para que afloren todo tipo de malos entendidos y enfados que no tienen base alguna. Siempre ha sido complicado encontrar relaciones auténticas y verdaderas. Hoy en día, a pesar de que nos podemos comunicar con más frecuencia, resulta mucho más complicado en base, precisamente, a las expectativas que son capaces de generar las nuevas tecnologías. Por último, tomar  la iniciativa y llevar nuestras decisiones hasta las últimas consecuencias es algo que me ha enseñado algo que, pese a que suena a final de película épica, si no eres tú mismo el que la toma y esperas a que las cosas ocurran otros lo acaban haciendo por ti y eso condicionan tu existencia. Como en todo, en ello hay cosas buenas y cosas malas y el tomar la iniciativa suele conllevar que a alguien se moleste. No obstante, también he aprendido que, ¡incluso en sólo tres años!, el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio. Voy a seguir aprendiendo, no quiero perderme la cantidad de cosas maravillosas que nos ofrece todos los días la vida.

¡Os deseo a todos un feliz verano!  

 

10 cosas que mereces regalarte a ti mismo.

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Photograph by Daniel Pinheiro, 2013 National Geographic Photo Contest

Este es un post que he leído y que me he molestado en traducir porque creo que vale la pena leerlo. Aquí está el original por si alguien prefiere leerlo en inglés: 10 Gifts You Deserve to Give Yourself. Espero que os guste.

“Sólo se vive una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente” Mae West.

Esta mañana un amigo cercano de la familia ha fallecido antes de lo esperado. Mientras pasaba la mayor parte del tiempo llorando su pérdida, las dos últimas dos horas las he dedicado a pensar acerca del hecho de que nuestras vidas son más cortas de lo que nosotros esperamos y que cada momento es un milagro. Quizás un pensamiento tan simple se hunde un poco más en un día como hoy.
Y mientras estaba ahí sentado había una pregunta a la que seguía dándole vueltas: ¿Qué es lo que puede hacer con tus momentos para maximizar su valor?
Una respuesta que ha venido inmediatamente a mi cabeza es: Úsalos para darte a ti mismo valiosísimos regalos que nadie puede darte…

1. Una mentalidad abierta de cara a aceptar los cambios de la vida.

Tú no eres la misma persona que hace un año, que hace un mes o que hace una hora. Tú siempre estás creciendo. Las experiencias no se detienen. Eso es la vida.
Algunas veces hay cosas en nuestras vidas que no están destinadas a permanecer. Algunas veces los cambios que no queremos son los cambios que necesitamos para crecer. Crecimiento y cambio pueden ser dolorosos, pero no hay nada más doloroso en la vida que estar atrapado en un lugar al que no perteneces. La cuestión es que tú no puedes alcanzar nada nuevo si te estás aferrando al ayer. Puedes pensar que el aferrarse te hace más fuerte, pero frecuentemente significa dejar ir las cosas y empezar otra vez en el presente.

2. Un camino con sentido y propósito.
Si tu vida va a significar algo tienes que vivirla tú mismo. Tú tienes que elegir el camino que te haga sentir bien a ti mismo, no el que le parezca bien a todos los demás. Siempre es mejor estar al principio de la escalera que quieres subir que en lo alto de aquella en que no quieres estar. Por tanto, no esperes a estar a mitad de camino de la escalera equivocada para escuchar tu intuición. Pregúntate cada mañana qué es lo realmente importante y después encuentra el coraje, la sabiduría y la fuerza de voluntad para construir el día alrededor de tu respuesta.
Al final, lo que cuenta no es lo que tú dices sino como empleas tu tiempo. Si tú quieres hacer algo encontrarás el modo de hacerlo. Si no quieres, encontrarás una excusa.

3. El tiempo para hacer cosas que realmente importan.
Identifica lo que es más importante para ti. Prescinde de los compromisos que no sean esenciales. Elimínalos tanto como te sea posible. Sin tiempo desperdiciado no hay arrepentimiento.
Lo que distingue a una persona con éxito es su capacidad para dejar de lado las “cosas que son importantes” en orden a conseguir primero las que son vitales. Cuando tienes clarísimo cuáles son tus prioridades puedes ordenarlas en el orden correcto sin apenas esfuerzo y descartar aquellas actividades o compromisos que no dan apoyo alguno a aquéllas que están en lo alto de tu lista.

4. El espacio para SER, sin preocupaciones innecesarias.
Si tú piensas y piensas y piensas, acabarás pensando en ti mismo siendo feliz miles de veces pero no lo serás ninguna de ellas. Preocuparse no soluciona los problemas del mañana, no los hace desaparecer, al contrario, se lleva toda la paz y el potencial del hoy. Deja de darle vueltas a todo. La vida es muy corta.
Tus mayores limitaciones son aquéllas que están en tu cabeza. Las mayores causas de infelicidad son las falsas creencias que renuncias a dejar marchar. Tú eres mucho más que capaz de lo que actualmente estés pensando, imaginando, haciendo o siendo. Sin embargo, tú llegarás a ser lo que contemplas habitualmente, por lo tanto aclara tu mente y deja que sean tus esperanzas y no tus miedos los que den forma a tu futuro. ¿Cómo? Medita. Corre. Permite que tu mente sea libre.

5. Permítete ser imperfecto mientras creces.
Posiblemente no estás donde tú quieres todavía, pero si piensas sobre ello, tampoco estás donde estuviste una vez. Tienes una buena razón para pensar que puedes confiar en ti mismo para seguir avanzando. No porque siempre tomes las decisiones adecuadas, sino porque has sobrevivido a las equivocadas y has dado pequeños pasos en la dirección correcta.
Concéntrate en las cosas buenas y hazlo lo mejor que puedas. No permitas que el estrés o la aversión a ti mismo te paralicen. Las cosas son sólo lo que son. No hay razón para permitirlas que te destruyan. Respira. Permite que cada momento sea como tiene que ser. Lo que está destinado a ser aparecerá en tu camino, algo que no significa dejarse llevar. Y recuerda que un gran regalo puede que no esté envuelto tal y como tú esperabas.

6. La tranquilidad de ser SUFICIENTE
Dite a ti mismo, “Soy suficiente”. Acepta tus defectos. Admite tus errores. No te escondas y no mientas. Trata con la verdad, aprende las lecciones, asume las consecuencias de la realidad y sigue adelante. Tu verdad no te penalizará. Los errores no te harán daño. La negación y el encubrimiento lo harán. Las personas vulnerables y con defectos son bellas y entrañables. Los mentirosos y los falsos no lo son. Cada ser humano está hecho en su totalidad con defectos, que están cosidos junto con buenas intenciones y rematados con singularidades únicas.
Tú eres tú por una razón. Ignora las distracciones. Escucha a tu voz interior. Piensa en tus propios asuntos. Guarda tus mejores deseos y tus mayores objetivos cerca de tu corazón y dedícales tiempo todos los días. No tengas miedo de caminar solo y no tengas miedo de disfrutarlo. No permitas que la ignorancia, el drama o la negatividad de nadie te alejen de tu verdad.

7. Las relaciones adecuadas.
No todos apreciarán lo que tú haces por ellos. Tienes que averiguar quién merece tu atención y quién está, simplemente, aprovechándose de ti. Si tu tiempo y tu energía están siendo desperdiciadas en las relaciones incorrectas, o en demasiadas actividades, eso te forzará a abandonar tus buenas relaciones y puedes terminar en un tedioso ciclo de amistades fugaces, de romances superficiales, que son tan apasionantes como poco significativas, y dan una continua sensación de que siempre estás corriendo en el mismo sitio, persiguiendo cariño.
Elígete a ti mismo antes que contentar a aquellos que te tratan de un modo ordinario. TU verdaderamente no lo eres. Nunca te conformes con ser la opción de alguien cuando tienes el potencial de ser la “primera elección” de alguien. Tú eres el resultado de las personas con la que pasas la mayor parte del tiempo. Si tú dependes de las personas equivocadas, ellos te harán fracasar, pero si dependes de las personas adecuadas, ellos te ayudarán a crecer y dar lo mejor de ti. Las personas ADECUADAS para ti amarán de ti todas las cosas que las EQUIVOCADAS temen. Eso es lo que necesitas averiguar.

8. Aprende por ti mismo.
Como dijo una vez Mahatma Gandhi, “Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre.” La vida es un libro y aquellos que no se educan a sí mismos sólo leen unas pocas páginas. Cuanto más sabes, mejor vives. Punto.
Toda educación es aprender por uno mismo. No importa si estás sentado en el aula de un colegio o en una cafetería. Nosotros no aprendemos nada que no queramos aprender. Aquellos que se toman el tiempo y tienen la iniciativa de buscar el conocimiento en su propio tiempo son los únicos que ganan una educación real en este mundo. Fíjate en cualquier clase de estudiante modelo, emprendedor o figura histórica que puedas imaginar. Con o sin educación formal te darás cuenta de que es producto de un continuo auto-aprendizaje.

9. Una oportunidad para tocar tus sueños.
Todo el mundo sueña, pero no igual. Muchas personas sueñan solo durante la noche, en el silencio de sus propias mentes, y después despiertan para encontrar que todo ha sido una ilusión. No seas uno de ellos. En lugar de eso, sueña durante el día. Se una de las personas que sueñan con los ojos bien abiertos, y que trabaja para que esos sueños se hagan realidad.
Descansa cuando no puedas más, pero no te rindas. Nunca se sabe que hay a la vuelta de la esquina. Puede ser todo aquello por lo que has estado trabajando o simplemente otra etapa de tu viaje. En cualquier caso, mientras sigas poniendo un pie delante de otro, algún día el siguiente paso será el que te lleve a conseguir tu meta.

10. La libertad de expresar toda tu verdad.

Las mejores y más gratificantes experiencias de la vida no se pueden ser tocadas o vistas. Tienen que ser sentidas con lo más profundo del corazón. No hay nada más inspirador que la complejidad y la belleza humana, los sentimientos del corazón. Por desgracia, muchas personas permiten que el miedo les nuble el juicio y les silencie. Sus más profundos pensamientos y sentimientos son silenciados frecuentemente y así, difícilmente comprendidos.
NO permitas que las personas invaliden o minimicen tus sentimientos. Si tú sientes algo, es que lo sientes y eso es real para ti. No hay nada que puedan decir que tenga poder para invalidar eso, nunca. Nadie más que tú vive en tu cuerpo o ve la vida a través de tus ojos. Nadie ha pasado por lo que tú has pasado. Y así, nadie tiene el derecho de decir o juzgar cómo te sientes. Tus sentimientos son importantes. No permitas que nadie te haga creer otra cosa.